martes, 12 de octubre de 2010

Fue un placer




Danzar libremente sobre la cuota vacía de olvido

Aquellas historias que contaba tu abuelo bajo el árbol sagrado de tu patio

Mientras las hojas caían y los días se hacían eternos…

Mientras tus copos de nieve caen sobre la musgosa tierra que cobijara tu cuerpo

Esa tierra que te brindara protección y cobijo por el resto de tu muerta alma

Bajo el manto de una vida insatisfecha

Bajo la sombra de lo que eran ochenta y nueve años

Bajo la vela apagada de la inmortalidad del roble

Recuerda cuando estábamos caminando juntos por la orilla de la playa

Recuerda las noches en vela que pasamos mientras contaba cuentos

Recuerda cuando te sacaba a pasear por las praderas verdes del campo soleado

Recuerda, tan solo recuerda… no me olvides.

Mi corazón late lentamente.

Si! Se apaga, se desvanece…

Mis días han terminado

Han pasado más de ocho décadas

Más de ocho décadas de martirio… décadas incompletas

Llenas de dolor y angustia

Llenas de pena y gloria, pero aun así… mas pena que gloria

Coged mis manos, juntadlas…

Despídete de mí que ahora yo me iré… a un lugar lejano y desconocido

A un lugar que quiero conocer

Un lugar fascinante y místico…

Ahora a cerrar los ojos, ahora descansar en paz.

Fue un gusto conocerte….

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